Este blog siempre se ha mostrado entusiasta de la comparsa de Gigantes y Cabezudos zaragozanos, toda una institución en nuestras fiestas, en nuestra ciudad, y con una trayectoria histórica en esta y en aquellas como pocas. Ir a encorrer, a bailar, a cantar, a gozar de los cabezudos por las calles de la ciudad es de lo más genuino, autentico y de lo más tradicional que puede mostrar el programa festivo. Están incluidos en la programación infantil, pero trasciende a esta. Ya lo decía la zarzuela de 1898, que con ellos "corren los chiquillos, saltan las mozuelas, rien los ancianos, lloran las abuelas, saltan los gigantes y los cabezudos y ya vuelto loco baila todo el mundo". Y si os fijáis, la mercadería sobre el forano, el morico, el torero y todos los demás en las tiendas de recuerdos es rica y variada, a la altura de la imagen de la Virgen del Pilar (osaría decir que no hay más junto a las frutas de Aragón, los adoquines y el cachirulo)
Este año las calles del centro de la ciudad no los va a ver. Error. La comparsa debería salir el primer domingo del Ayuntamiento y a él deberían volver el último día. Eso sería darle la importancia que tienen, de institución (a los actuales ediles parece que les da miedo todo lo que huela a institución, hasta querían salir en la ofrenda como un grupo más).
Los gigantes y los cabezudos, desde que las fiestas son populares siempre han ido por los barrios; una cosa no quita la otra. Sabiendo ademas, que hay más barrios que días, y que todos no lo pueden recibir en un mismo año, el Casco Viejo es lo que nos une, como las intersecciones de los diagramas de Venn que nos enseñaban en la EGB. Por cierto, los barrios también tienen sus fiestas a lo largo del año y la mayoría tienen sus cabezudos, algunos con trayectoria de más de 40 años (Arrabal, San José......).
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