martes, 19 de abril de 2011

CARTAS COFRADES XXII: Lunes Santo.




Estimado don Luis. El lunes Santo es un día muy apacible y tranquilo. Para alguien mayor y con su manera de entender el seguimiento de la procesión, con tranquilidad, con contenido y sin grandes alborozos es la noche más recomendable. Y hay con las energías casi intactas y los pies que no reclaman.



Habrá visto el documental de 1957 donde muestra el proceso de montaje de la Dolorosa de cara a la procesión. Eso es lo que hicieron ayer por la mañana muchas de las cofradías, que coinvertirían San Miguel, Santa Engracia, Santa Gema o San Cayetano entre otras en un trajín de trapos de limpieza, pilas, baterías y flores. Del documental poca diferencia de lo que se vive medio siglo después, salvo la presencia de personal femenino y juvenil. Así pasamos toda la mañana. Trabajando en Hermandad y convirtiendo San Cayetano en tu casa.



Pero volvamos a lo que a usted le gusta, las procesiones. ¿Por qué decía lo anterior?, porque quitando la procesión de la Exaltación por el barrio de Casablanca con su imagen titular alzada sobre una peana (ya no tenemos Vespa de juventud, le esperaremos el Jueves) y el viacrucis que se celebra en el barrio de San José, Siete Palabras, Nazareno y Camino del Calvario nos convocan a la proximidad. Entre pocas calles y en cortos espacios de tiempo puedes seguir las procesiones de tres grandes de nuestras cofradías, de las que llenan las fotografías de verde, de morado y de granate. Y de las de grandes convocatorias. Solo había que ver cómo estaban las inmediaciones de San Gil de San Miguel o de Santa Engracia y todos los recorridos posteriores, como la gente intentaba hacerse hueco en las estrechas calles de Reconquista o Heroísmo, acompañando al Nazareno, o como nos hubiera gustado colarnos de haber podido por Mendez Nuñez o Santa Cruz. Más fácil resultó sentirse rodeado en el Monumento a los Mártires de la Plaza España por la sección de tambores del Calvario desdoblada acompañando a cada uno de sus dos pasos en una trayectoria convergente, algo que solo pueden hacer 4 ó 5 cofradías.

Y es noche de viacrucis y de tres caídas. De estaciones, paradas, de reflexiones. También de importantes momentos como la predicación de las Tres Caídas en la imponente y aragonesa fachada de Santiago, con la presencia respetuosa de la Columna y tras el paso fotográfico del arco de San Ildefonso. O la Estación conjunta de la Esclavitud con las Siete Palabras en la Plaza de España. Hay quien lo ve como un Encuentro, como lo que entendemos como un Encuentro, y claro, les chirría un Cautivo y un Crucificado. Es más que eso, es más que el encuentro de dos imágenes. Es una reunión de cofrades, de fe en torno a una estación, al rezo de la oración, y como tal hay que verlo y sentirlo, como lo demostró la multitud allí congregada en una noche estupenda. Convocados además por alguien en común para ambas cofradías, pues el Consiliario de las Siete Palabras es el párroco de San Miguel.



Despedimos al Nazareno con en San Cayetano con un emotivo toque final al son de sus cornetas. A las Siete Palabras con una sobria y emocionante marcha final que desliza a su Cristo de la Quinta Palabra hacia el refugio de su Iglesia. Y que decir del final de Cristo con la Cruz a cuestas, 50 Semana Santas despedido al son de sus tambores.

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