Llegamos al Sábado de Pasión, el día del Pregón que anuncia el inicia que las cofradías van a salir a la calle a hacer conmemorar la Pasión, Muerte, Entierro y Resurrección de Jesucristo. Pero también es día de reencuentros y de sensaciones esperadas que se repiten desde la infancia.
De reencuentros en la calle San Vicente de Paul, en los garajes de la Sangre de Cristo donde se guardan los pasos, que a las 8 de la mañana han levantado sus persianas para sacar las carrozas y llevarlas a los lugares donde se iniciarán las distintas procesiones.Y donde se echara en falta la figura omnipresente de Domingo Figueras Jariod silbato en ristre ejerciendo de guardia urbano con más autoridad y destreza que la propia policía Municipal.
Mañana de desayunos y de almuerzos esperando que Mariano Fuertes, el sacristán abra San Cayetano para poder meter los pasos traídos, para volver a almorzar siempre rememorando tiempos pasados y programando los inmediatos. Los mismos chistes, las mismas anécdotas, las mismas caras cada día más expertas, junto a las nuevas cada día más jóvenes.
Y entre desayuno, almuerzo y vermut por los alrededores te vas acercando a ver como el paso de la burrica va tomando color y olor. Mañana tiene su paseo triunfal.
Y por un lado, por otro grupos de cofrades van ultimando recorridos, diseñando repertorios de marchas o comprobando si la plaza del Justicia y la del Pilar tiene las mismas medidas y si vamos a caber todos en ella.
Tenderetes de palmas y chucherías, de carracas de plástico, de tambores de hojalata. Escaparates de pasteles de vigilia, de monas de Pascua, de torrijas. Y vuelta al vermut
Como te entretengas mucho entre unas cosas y otras comienza a ver llegar los primeros capirotes a San Cayetano. Tarde de muchos colores. Los que más abundan son a quienes les ha tocado organizarlo este año (como siempre se dice) por delegación de la Junta Coordinadora, y así este año la abundancia es la de los terceroles negros del Ecce Homo. Tarde de muchos sonidos. De todos nuestros sonidos, de las heráldicas que darán el inicio, de las matracas, este año más protagonistas que nunca, que les darán la replica. De tambores, timbales y bombos, de carracas y cornetas. Y de ese piquete orgullo de Junta Coordinadora y orgulloso de si mismo en su tarde. Lo que no se porque no les ponen abriendo la comitiva para que puedan marcar al paso a sus anchas sin tener que ir haciendo la goma con el resto de la procesión
Representantes de todas la cofradía todas unidas cual serpiente multicolor recorriendo las principales calles del casco histórico camino de la Plaza del Pilar, a donde conducirán al pregonero que pronunciará una glosa de nuestra Semana Santa, de lo que es y debe de ser y de lo buenos que somos todos los cofrades. Un acto que viene celebrándose desde 1973 y que en esta ocasión corre a cargo de Francisco García Vicente, Justicia de Aragón.
Pero es que aún hay más en este día. Si te acerca a última hora de la tarde por el Convento de las Mónicas, la cofradía de la Humildad tiene el “retranqueo” de sus pasos. La pequeña iglesia a reventar para comprobar que todo está en su sitio. Seguro que lo está para que mañana podamos vivir una pequeña réplica de la Pasión según Sevilla por las viejas calles zaragozanas.
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