lunes, 30 de noviembre de 2009

TIEMPO DE ADVIENTO





























Ayer domingo se inició el Adviento, el ciclo litúrgico que nos invita a prepararnos para la Natividad. Se acabaron “mis pesadillas antes de Navidad”, que poco tienen que ver con la Navidad a la que nos quiere acercar el Adviento, pero que en parte entiendo

Y es que, este fin de semana, rescatando de la estantería los libros infantiles que tenemos por casa dedicados a estas fiestas, en ellos encuentro la explicación del por qué cada vez llegan antes los adornos a los escaparates, las películas de Santa a la programación televisiva y las luces a las calles (y a algunas ventanas vecinales). Y es que, si bien la tradición española alarga las fiestas hasta el Día de Reyes, los países de nuestro entorno cultural tienen el adviento plagado de festividades y celebraciones, por lo que es normal que en Inglaterra, Francia, en Ikea...., el Adviento se viva en noviembre. Por lo cual, “mis pesadillas antes de Navidad” no son sino producto de una globalización mal entendida.

Y así, el 5 de noviembre es el día de Guy Fawkes que se celebra sólo en Inglaterra. Una fiesta sobre todo para niños en la que se quema un muñeco mientras los fuegos artificiales iluminan el cielo.

En Francia, San Martín es uno de sus santos más populares, y por eso, el 11 de noviembre es el día que anuncia el comienzo de las fiestas navideñas, y lo mismo pasa en Bélgica, Holanda y algunas en algunas regiones de Alemania. Los motivos son una leyenda muy chula, que también justifica el reparto de regalos. Pero no me quiero enrollar.

En la provenza, el llamado trigo de Santa Bárbara, cuyas semillas se plantan el 4 de diciembre, es un amuleto de buena suerte que se coloca sobre la mesa y cerca del nacimiento.
El 6 de diciembre, en Bélgica, Suiza, Austria, Francia, Holanda y algunas regiones de Alemania, San Nicolás distribuye regalos entre los niños. Lo que no sabía es que en Holanda se cuenta que San Nicolás vive en España con su fiel paje Pedro el Negro, y los dos llegan el día 6 en un enorme barco cargado de regalos.

El 13 de diciembre se celebra Santa Lucía. En Ikea, perdón, en Suecia, tanto en las familias, colegios, trabajos.... se eligen una Reina Santa Lucía, y por la tarde, todas las “santa Lucías” desfilan por las calles cantando, ceñidas las cabezas con una corona de acebo con velas, similar a la corona que en Alemania y países escandinavos decora las mesas y en la que cada domingo de Adviento se enciende una vela.

Y en la Europa del Este se hacían regalos durante el Adviento, y así nació el calendario de Adviento, en el que cada día se descubre un obsequio has ta la Nochebuena. Aquí ha llegado (por lo menos a mi casa) implantado por el Shlecker, el Lidl y tiendas similares. Los del DIA quisieron españolizarlo y venden un calendario que va desde mediados de diciembre hasta el Día de Reyes. Todo llega, como en su día llegó el pavo de Acción de Gracias y el árbol de Navidad.

El caso es que, en muchos pueblos aragoneses, todas estas festividades también se celebran o se han celebrado en el pasado. Frente a la aséptica forma en que actualmente se viven las fiestas, meras fechas señaladas en el calendario, antiguamente las fiestas se preparaban con antelación para celebrarlas con la solemnidad requerida, y elaborándose comidas o dulces que no se consumían en otra época del año.

En Navidad además, esta anticipación venía marcada por una serie de fiestas que se sucedían desde finales de noviembre y que se celebraban con rasgos que caracterizaban a las festividades navideñas, entre ellas el protagonismo de los niños, como hemos visto que se conservan en el resto de Europa (Santa Catalina el 25 de noviembre, San Andrés el 30, San Nicolás, Santa Lucía....

Hay un libro titulado “La Navidad en Aragón” nº 9 de la colección CAI100 (Zaragoza 1998) muy recomendable para abrir boca en este Adviento. De la misma manera que a mi me la abre el leer con Laura, Lucía, Isabel y Sofía “La Navidad” (SM 1997), el “Diccionario por imágenes de la Navidad” (Panini 1995) o “El Libro de la Navidad” (Edelvivies 1997).

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